La realidad social no es virtual, que se lo pregunten a los millones de españoles que bien están en paro, o a los afortunados que tenemos trabajo, pero que hemos visto como nos resulta imposible ahorrar algo cada fin de mes o a los que llegan endeudándose un poco más. Todos ellos constataran una realidad social y económica muy alejada de los mundos de “yupi” donde está establecido nuestro gobierno.
El gobierno que ahora tenemos, que es el mismo que en el 2008, decía que no estábamos en crisis se vanagloria de ser el más social de todos, tomándonos el pelo o algo peor, nos toman por tontos. Ha dilapidado una enorme cantidad de recursos económicos públicos con medidas populistas que con el tiempo se han demostrado ineficaces. Así, ha malgasto 13.000 millones de euros en sendos “Plan E”, que en ocasiones se ha gastado más en propaganda (los famosos carteles a 1.500 € por unidad) que en el propio proyecto que se anunciaba y que al final se han demostrado ineficaces para crear riqueza y empleo estable, o los 12.000 millones de euros en la rebaja de 400 € en el IRPF, medida fiscal indiscriminada y antisocial, o los 11.000 millones de euros concedidos a las Comunidades Autónomas sin exigir un mínimo de disciplina fiscal, como bien nos exige al Estado la Unión Europea.
Todas estas medidas nos han hecho perder 13 puestos en el índice de competitividad como país, ha disparado la tasa de riesgo de pobreza del 19.9 al 20,8 por ciento durante esta última legislatura, los hogares con dificultades para llegar a fin de mes han pasado el 28,3 al 30,24%, es decir, tan solo han creado pobreza y hogares con muchas dificultades para llegar a fin de mes. Y como último dato, el 23,3% de los ciudadanos parados no disponen de ayuda alguna.
Y a todo esto, la gran mayoría de los españoles, cargamos con una mochila que se ha vuelto muy pesada en los últimos tiempos, para algunos insoportable, llamada hipoteca.
Urge de manera perentoria que nuestro gobierno, arbitre medidas verdaderamente sociales, solucionando el drama que sufren más de 300.000 familias españolas que se encuentran con una ejecución hipotecaria. Familias que, no lo olvidemos, no sólo deben enfrentarse al drama de la pérdida de la vivienda, sino que además siguen arrastrando buena parte de la deuda de por vida, condenadas a la pobreza y a la exclusión social hagan lo que hagan, puesto que lo deuda genera a su vez nuevos intereses y es irrecuperable.
Es necesaria una modificación en la ley hipotecaria para regular la dación en pago, de manera que, en los casos de residencia habitual y deudores de buena fe, si el banco ejecuta la hipoteca y se queda la vivienda, la deuda quede liquidada, como sucede en otros países de la UE o en EEUU.
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